Que las dudas se aglutinan en exceso de piedad, que llora una niña por el hombre que odia y no sabe cómo olvidar y duele porque desea que duela, así como en la punta de cualquier estrella, ella sabe que unos ojos miran. El fanático de la lectura de las grietas en las ninfas, es el dueño de la virgen penetrada por locura.
Un amo, un amor, dos sumisos y la película termina cual serie setentera, en que el villano es el gánster que trafica con los sueños de la mujer sin padre, y que al final ya sea la marea o la tormenta la playa sigue intacta, pues aun pisoteada por nuevos habitantes, el dueño siempre es el que dio el primer beso y logro que volara en un instante.
The Tempest' - John Waterhouse |
Al héroe se le admira, pero aun destruida sabes que al villano, jamás se olvida.
Arian A. R. Alegre
1 comentarios:
Es tan cierto, y odiamos al que amamos y por eso lo odiamos mas, y si duele hacerlo, pasan triviales los nuevos amores, pero ese que nos destroza siempre está ahí, intacto en nuestra mente, escribe mas por favor.
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