23 may 2010

0

Dormir


A veces no se qué pensar y peor aun no sé si pensar, quisiera tener un botón un interruptor, quizá en mi espalda quizá en mi cabeza, creo que la ubicación es nula de importancia, solo sé que sería gozoso saber que su función es la de apagarme, desconectarme del mundo, que mis parpados se sierren y con ello también se sierre mi visión, porque sé que no es lo mismo, podemos serrar los parpados pero seguimos observando su interior y esa pequeña membrana puede ser una pantalla para miles de imágenes que ya están introyectadas en uno, a las que siempre quieres buscarles un orden manteniéndote en vigilia aunque estés en reposo.
Ya han pasado muchos años y aun no logro descubrir que es eso tan intenso, tan profundo, tan terrible, tan maravilloso, tan mío, que obstinadamente me mantiene despierto aun en las noches en las que mi cuerpo se siente más agotado, cadente de vitalidad entendida como la energía que me mantiene en motilidad.
Me da coraje el no lograr conciliar el sueño una noche entera, pero no tengo sueño asique no sé bien que es lo que me da coraje, quizá porque todos dicen que la noche es para dormir y el día para andar, si lo veo así lo que me da rabia es no poder ser como el resto, y usar mis noches y mis días para lo que se dictamino desde un principio que tenían que ser utilizados. Esto me obliga a recostarme y aunque carezca de sueño debo intentarlo y entonces llega el sentimiento de impotencia ¿Cómo logro relajarme? Leer, escribir, me hago un bocadillo, hago ejercicio, no es que no pueda, pero las normas que he aprendido me han dicho que no debo hacerlo, que lo que tengo que hacer es dormir, dormir maldita sea.
¡Quizá hoy lo logre!

Max Hierro


0 comentarios:

Publicar un comentario