¿Dónde te escondes álter? preguntaba ego.
- - Lejos de ti ¿acaso no entiendes que me perdiste?
- - ¿Y cómo te recupero? Pregunto ego.
- - ¡Lucha por mí!
- - (ego enfurecido) ¡Pero en la batalla fue donde te perdí!
- - Ahí batallas que solo se ganan si te rindes.
- - ¿si me doy por vencido te hallare?
- - Si te rindes, serás tu el que se halle y quizá sea yo la que te encuentre.
- - (ego triste) ¿Entonces tú no me ves?
- - Exacto, mientras más de ti me das, menos dejas para observar.
- - (ego llorando) por eso no te encuentro álter, porque aun nadie te busca.
Y ego se había convertido en nadie.
Rodrigéz A.
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